Hace cinco años, en 2020, el mundo enfrentó una transformación abrupta. La pandemia de COVID-19 desmanteló planes y estrategias empresariales, obligándonos a adaptarnos rápidamente a una nueva realidad. Las empresas que no estaban preparadas para operar en el ámbito digital se encontraron en una encrucijada: adaptarse o desaparecer.
En aquel entonces, el comercio electrónico en México experimentó un crecimiento significativo. Según la International Data Corporation (IDC), se estimaba que al cierre de 2020 las transacciones alcanzarían los $900,000 millones de pesos, una cifra récord para el sector en el país. Sin embargo, este crecimiento exponencial también reveló deficiencias en logística, gestión de inventarios y atención al cliente, tanto en grandes corporaciones como en pequeñas y medianas empresas.
La falta de preparación y la desconfianza hacia el comercio electrónico costaron a muchas empresas cientos de miles de pesos en ventas, poniendo en riesgo su supervivencia en la nueva normalidad. Aunque plataformas como Rappi, Uber, Amazon y Mercado Libre ofrecieron soluciones, no eran la panacea para todos los desafíos del mercado digital.
Lecciones aprendidas y el camino hacia 2025
Ahora, en 2025, hemos aprendido que la clave para prosperar en el mundo digital radica en la confianza del cliente. Las empresas que han invertido en estrategias digitales integrales, alineadas con sus objetivos comerciales, han logrado no solo sobrevivir, sino también prosperar.
La digitalización ya no es una opción; es una necesidad. La convergencia de tecnologías como la inteligencia artificial, la robótica y la digitalización del mundo físico ha creado un ecosistema interconectado que redefine la forma en que interactuamos y hacemos negocios.
Además, la adopción de habilidades digitales se ha vuelto esencial. Según el Foro Económico Mundial, para 2025, el 50% de los empleados necesitarán volver a formarse, destacando habilidades como el pensamiento analítico, la resolución de problemas complejos y el liderazgo
Mirando hacia adelante
La experiencia de 2020 nos enseñó que la adaptabilidad y la inversión en tecnología son fundamentales para enfrentar crisis inesperadas. Hoy, en 2025, las empresas que han abrazado la transformación digital y han desarrollado estrategias centradas en el cliente están mejor posicionadas para enfrentar los desafíos del futuro.
La digitalización no es solo una tendencia; es el camino hacia la resiliencia y el crecimiento sostenible en un mundo en constante cambio.
Sergio F. Esquivel | Estratega Digital